29 noviembre, 2011

Abismo

Estoy junto a mis compañerosde viaje,
y decido arrojarme al abismo
a descubrir en lo antes insondado,
la riqueza de mi existencia.

Me sumerjo en una forma de percibir
y vibrar,
que no conocia,
y trabajo un tema que ahora no recuerdo,
lo importante para mí es haber disfrutado
el vuelo,
sentir que mientras caía me salían plumas,
y en el fondo de ese acantilado
estaba la Tierra que me sostiene.

El útero esta a mi favor...

La luna esta desde siempre en mi compañía,
y el arbol con sus raíces y su sabia
me dan fuerza.

Yo soy todo eso,
y eso esta dentro mío,
y la destrucción esta presente.

Y la vida la abraza...

Siento,
y cuando abro los ojos
el amor de todos me inunda,
y aprendo a ser humano.

2 comentarios:

  1. Existe una cautivante sensación sobre la caída. Una vez que decidiste caer al abismo se descubre algo más que un destino, un refugio.
    Se puede sentir más que incertidumbre, la preciada instancia del verse así mismo... con la piel rosando el aire al filo, pulsaciones con sonidos envolventes, graves, descendentes, la falta de oxigeno obligándote a aceptar lo inmenso que hay dentro del propio ser, la humanidad candente y el pensamiento efervescente.

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